Maestras y maestros, como educadora que soy les saludo y les comparto esta reflexión…
Ser maestro es llevar en la mano una antorcha de luz encendida.
Nosotros, digo, porque yo pertenezco a ese grupo priviligiado de personas que guiamos y compartimos conocimientos a los estudiantes, formando en ellos carácter y principios, que los ayudan a enfrentarse a la vida con seguridad y valentía.
Alguien dijo: “si el conocimiento me fuese dado para guardarlo solo para mí… no lo querría”.
Estas palabras resumen la vocacion de aquel que tiene el derecho sagrado de enseñar y dejar un legado.
Nadie sabe lo que las enseñanzas sembradas en los estudiantes moldeará para bien sus vidas futuras.
Por eso y mucho más, felicidades en nuestro día, maestros. Que a pesar de las circunstancias que vivimos la antorcha nunca se apague.
¡Que dios les bendiga!